Entonces el capitán fue a donde estaba Jonás, y le dijo: ¿Qué haces tú ahí, dormilón? ¡Levántate y clama a tu Dios! Tal vez quiera ocuparse de nosotros y nos ponga a salvo. (Jonás 1:6)
Jonás, fue enviado por Dios para ayudar
a Nínive; la ciudad capital del imperio asirio.
¡Una ciudad corrupta y llena de
maldad!. Sin embargo Jonás, elige huir. ¡Se toma el buque en dirección
contraria!. Es en medio del viaje que se desata una gran tormenta. Todos los
marineros comienzan a orar a su dios, mientras Jonás duerme y el capitán le
pregunta; ¿Qué haces tu ahí, dormilón?.
Si bien, no todas las tormentas en
nuestra vida, son el resultado de huir y caminar en una dirección contraria a
la voluntad del Señor, Dios si, utiliza
todas las circunstancias cotidianas y aún las tormentas para hablarnos y
hacernos reflexionar sobre nuestras acciones y elecciones.
La naturaleza toda nos habla de parte de
Dios y nos dice:
¡Levántate y clama a tu Dios! Tal vez quiera
ocuparse de nosotros y nos ponga a salvo!
¡Ayúdanos
a despertar y a levantarnos!
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