Que junten todo el trigo de los buenos años que vienen; que lo pongan en
un lugar bajo el control de Su Majestad, y que lo guarden en las ciudades para
alimentar a la gente. Así el trigo quedará
guardado para el país, para que la gente no muera de hambre durante los siete
años de escasez que habrá en Egipto. (Génesis
41:35-36)
Desde
el mismo libro de génesis, observamos a Dios pensando en los pobres. Le
comunica por medio de un sueño al faraón lo que va a hacer,
y a través de un hombre como José,
planifica y organiza a toda una nación, para ayudar a los pobres en los tiempos
malos que vendrían.
El
alimento no era sólo para los egipcios, ni sólo para los hebreos, sino también
para todos los pueblos vecinos.
En
Génesis 47:25, la gente de los pueblos le dice a José; “Ud es muy bondadoso con
nosotros, pues nos ha salvado la vida”. Aún a sus propios hermanos; quienes le
habían vendido a la esclavitud, José les dijo, “Ustedes pensaron hacerme mal,
pero Dios cambió ese mal en bien para salvar la vida de mucha gente” (Génesis
50:20). Hubo hambre en todos los países, pero gracias a la economía planificada
que instituyó José, había comida para
todos y así se pudo salvar la vida de muchas personas.
Y cuando los habitantes de Egipto comenzaron a tener
hambre, fueron a pedirle trigo al faraón. Entonces el faraón les dijo a todos
los egipcios: “Vayan a ver a José, y hagan lo que él les diga”.
Cuando el hambre se extendió por todo el país, José
abrió todos los graneros donde había trigo, para venderlo a los egipcios; pues
el hambre era cada vez peor. Y venían de todos los países a Egipto, a comprarle
trigo a José, pues en ningún país había qué comer (Génesis
41:55-57)
¿Qué estamos haciendo hoy por los pobres?
¿Qué planes tenemos para ayudarlos?
¿Qué estamos haciendo hoy por los pobres?
¿Qué planes tenemos para ayudarlos?
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