Por eso, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues él es el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Hebreos 12:1-2
En varias
oportunidades, Pablo asocia la vida con una carrera deportiva. El apóstol nos
invita a participar cuando escribe: “corramos”. Corramos; es una propuesta de
acción plural, es juntos, es equipo, es comunidad. Nos desafía también a
mantener una actitud de “fortaleza”. Otras traducciones señalan: “corramos con
paciencia; con perseverancia”.
Nos sugiere fijar la mirada en Jesús y
dejar a un lado todo lo que nos estorba y nos enreda.
Los corredores de alto rendimiento deportivo, buscan llevar el menor peso posible durante las competencias. La ropa que se utiliza, el calzado y los elementos necesarios de acuerdo al deporte específico; canoas, patines, jabalinas, paletas, etc., son cada vez elaborados con materias primas mas livianas. ¿Por qué no también, alivianar la vida?
Nuestro pasado y condición humana,
suelen ser cargas muy pesadas para llevarlas solos.
Ayúdense
entre sí a soportar las cargas, y de esa manera cumplirán la ley de
Cristo. (Gálatas
6:2)
¡Enséñanos
a descansar en ti!
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