El hombre y su mujer escucharon que Dios el Señor
andaba por el jardín a la hora en que sopla el viento de la tarde, y corrieron
a esconderse de él entre los árboles del jardín. Pero Dios el Señor llamó al
hombre y le preguntó:
¿Dónde estás?. El hombre contestó:
Escuché que andabas por el jardín y tuve miedo,
porque estoy desnudo; por eso me escondí.
Génesis 3: 8-10
Muchas veces he sentido a Dios paseándose por el jardín a
la hora en que sopla el viento de la tarde. También he intentado esconderme de
él entre los árboles del jardín. Pero, él siempre ha tomado la iniciativa para
buscarme, llamarme y hacerme esa pregunta tan discreta y respetuosa; ¿Dónde
estás?. Su tierna voz, me ha ayudado a reflexionar y a encontrarnos nuevamente.
¡Aunque desnudo y con miedo, pero ahora en casa!.
El hombre y la mujer se alejan del creador, tienen miedo
y se esconden. Dios busca, llama y pregunta; ¿Dónde estás?
¡Ayudános a volver a ti!
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