Una Iglesia para los pobres

Dichoso el que piensa en el débil y pobre; el Señor lo librará en tiempos malos. (Salmo 41:1)



El Papa Francisco, el día 14 de marzo del 2013: día siguiente de su elección contaba a la prensa lo siguiente:


“Cuando los votos llegaron a los dos tercios, vino el aplauso porque había sido elegido el nuevo Papa y el arzobispo emérito de Sao Paulo, el cardenal Claudio Hummes, me abrazó, me besó y me dijo: no te olvides de los pobres. Mientras continuaba el recuento, pensé en San Francisco de Asís, en su relación con los pobres. Francisco; El hombre pobre. ¡Cómo desearía una Iglesia pobre y para los pobres…!”.

Se conoció también un manuscrito de Bergoglio, antes de ser elegido papa. Sobre las características que debía tener el nuevo pontífice, Bergoglio consideró que debía ser "un hombre que, desde la contemplación y la adoración a Jesucristo ayude a la Iglesia a salir de sí misma hacia las periferias existenciales".  
"Cuando la Iglesia no sale de sí misma para evangelizar deviene autorreferencial y entonces se enferma (...). Los males que, a lo largo del tiempo, se dan en las instituciones eclesiales tienen raíz de autorreferencialidad, una suerte de narcisismo teológico".

¿Qué tipo de comunidad eclesial estamos construyendo nosotros cada día?


No hay comentarios:

Publicar un comentario