Jesús entró en el templo y echó de
allí a todos los que estaban vendiendo y comprando. Volcó las mesas de los que
cambiaban dinero a la gente, y los puestos de los que vendían palomas; y les dijo: En las Escrituras se dice: “Mi casa
será declarada casa de oración”, pero ustedes están haciendo de ella una cueva
de ladrones. (Mateo 21: 12-13)
A veces es apta para servir de cobijo para animales y también a seres humanos. También a veces, las cuevas, permiten ser acondicionadas para vivienda en forma de “casas cueva” y otros usos ...
¡Jesús
dijo esto del templo y sus dirigentes del primer siglo!
¿Qué
nos dice hoy?
Dice
que nos cuidemos de esos falsos maestros que enseñan con disimulo doctrinas
dañinas, con la finalidad de explotarnos. Que usan el nombre de Dios para
enriquecerse, disponiendo a gusto de los diezmos y ofrendas de la gente, sin
tener en cuenta a los necesitados.
¡Ellos
son los ladrones a los que se refiere Jesús!.
“por avaricia harán
mercadería de vosotros con palabras fingidas”. (2 Pedro 2:1-3).
¡Líbranos de los falsos maestros
religiosos!
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