Francisco de Asis

 

Cuando tú des un banquete, invita a los pobres, los inválidos, los cojos y los ciegos;  y serás feliz. Pues ellos no te pueden pagar, pero tú tendrás tu recompensa el día en que los justos resuciten. (Lucas 14:13-14)


El movimiento que inicio Francisco en el siglo XII, tuvo un carácter laico y de protesta, motivado por una profunda insatisfacción de las estructuras eclesiales y sociales de su tiempo.

Las opciones que existían antes de Francisco, para modificar la realidad que se vivía, eran opciones monásticas de separación, recogimiento y distanciamiento. Separarse “para no contaminarse” del mundo.
Francisco no compartía ese criterio. Generó entonces una nueva alternativa de transfor-mación social y eclesial. 
El cambio de paradigma económico, la desigualdad social y el aumento de la pobreza, mostraban un panorama poco alentador. ¿Qué hacer entonces?.

El compromiso con el pobre de la ciudad fue la nota distintiva del movimiento franciscano. Mientras que los antiguos monasterios estaban identificados con el sistema económico rural y feudal, el ministerio franciscano se desarrolló en medio de las poblaciones urbanas.
Aún antes de su muerte y por casi toda Europa, fue extraordinaria la difusión de la primitiva comunidad franciscana. Los cronistas de esa época señalan que los hermanos franciscanos llenaban el mundo y que no había una provincia en la cual no hubiese alguno de ellos.

¡Los hermanos franciscanos, reeditaron la tarea misional de la iglesia!. Su propio carácter itinerante enfocado en los pobres de la ciudad, nos desafían hoy a repensar nuestra misión.


¡Ayúdanos a interpretar los tiempos que vivimos y a comprometernos con los mas necesitados de nuestra ciudad!

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