que hagas justicia, que seas fiel y leal y que obedezcas humildemente a tu Dios. Miqueas 6:8
Ya, en el siglo VIII antes de Cristo, Miqueas tenía muy claro lo que Dios deseaba del hombre y la mujer.
Ya, en el siglo VIII antes de Cristo, Miqueas tenía muy claro lo que Dios deseaba del hombre y la mujer.
Miqueas vivía en
Moreset; una zona rural, ubicada a 40 km al sudeste de Jesuralén; una región de
fértiles colinas, aptas para los trabajos agrícolas.
El conoció y compartió los sufrimientos de los pequeños campesinos, siempre expuestos a la explotación de los que porque tienen el poder en sus manos, codician terrenos y se apoderan de ellos; codician casas, y las roban. Oprimen al hombre y a su familia, al propietario y a su herencia ( Miqueas 2:1-2).
El conoció y compartió los sufrimientos de los pequeños campesinos, siempre expuestos a la explotación de los que porque tienen el poder en sus manos, codician terrenos y se apoderan de ellos; codician casas, y las roban. Oprimen al hombre y a su familia, al propietario y a su herencia ( Miqueas 2:1-2).
En ese contexto; bien conocido por Miqueas antes y
por nosotros hoy, se nos recuerda que es lo que Dios espera de nosotros.
¡Enséñanos a
obedecerte humildemente, a ser fieles, leales y danos el valor para hacer
justicia!
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