Como ciervo sediento

Como ciervo sediento en busca de un río, así, Dios mío, te busco a ti.  Salmo 42: 1

Desde el principio, Dios creo al hombre y a la mujer para tener comunión con ellos. Compartían y disfrutaban de una relación eterna, sin miedos ni limitaciones. Una libre elección inapropiada, separa al hombre y a la mujer de esa intimidad de amor y transparencia.

En diferentes momentos de la historia, los dirigentes del pueblo, reconocieron que recuperar esa intimidad con Dios era el desafío mas importante de la vida humana. (Ver 2 Crónicas 15:12, 20:4, Oséas 10:12).

Al rescatarnos de la esclavitud de Egipto, tenía en su mente recuperar esa relación de amor. La adoración y alabanza eran los dispositivos ideales para el reencuentro. Hoy desea lo mismo; liberarnos de esa esclavitud.

No es una tarea sencilla, pero debemos recordar que Dios es todo un caballero. El nos llama y nos busca, pero la decisión final es siempre nuestra. 

Busquen al Señor mientras puedan encontrarlo, llámenlo mientras está cerca.                                                          Isaías 55:6 
¿En qué estás ocupando tu tiempo?


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